Un día en Sagarlore

No hay nada como comenzar un día en Sagarlore contemplando las montañas y los bellos árboles que rodean nuestra hotel. Un chute de energía perfecto para desconectar de la rutina y el estrés diario.

En Sagarlore desayunamos de una manera saludable y con gran variedad de productos ecológicos provenientes de nuestros productores locales. Nos gusta la alimentación sana y comer sin prisas.

En la planta baja podréis elegir vuestro desayuno perfecto entre la amplia variedad de productos que tenemos para ofrecerte en nuestro comedor… Pan, tomate, queso, aceite, leche de vaca, huevos camperos, frutas, zumos, yogures, mermeladas, repostería… ¿te imaginas un desayuno así y con la posibilidad de disfrutarlo al aire libre respirando la tranquilidad de nuestro entorno? Pues, en Sagarlore es posible.

Una vez llenado el estómago, os animamos a dar un paseo por los alrededores del hotel u organizar un plan alternativo con todas las opciones que nuestro entorno os ofrece. Senderismo, gastronomía, deporte, cultura… ¿Cuál de estas opciones preferís? En Sagarlore os asesoramos y os buscamos el plan que mejor se adecúe a vuestras necesidades.

Si no queréis iros muy lejos, Astigarraga es un pueblo con mucha vida y gran ambiente al que podréis llegar a pie desde nuestro hotel. Un pueblo pequeñito con mucho encanto y con gente muy acogedora. Tomar un buen vino, saborear unos pintxos típicos de la comarca o visitar Sagardoetxea son algunas de las actividades que podrás realizar sin salir del centro de la localidad.

Hora de comer. ¿Qué posibilidades hay? Podéis desplazaros a San Sebastián a disfrutar de su estupenda gastronomía con sus restaurantes y sus tascas llenas de encanto o también podéis quedaros en Astigarraga y degustar un típico menú de sidrería en alguna de las más de 20 sidrerías de las que dispone nuestra localidad. ¡Un plan del que no os arrepentiréis!

¿Sabéis cómo nos gusta terminar el día en Sagarlore? Viendo el atardecer desde cualquiera de nuestros balcones y tomando un baño relajante en la bañera de la habitación. ¡Qué más se puede pedir!